Triste petit prince
Esteban le recomendó tomar un calmante, lanzar o alejarse de las tentaciones de la carne. para solucionar sus problemas o mejor dicho, evitar que lleguen a ella. Vero se hace la ingenua, excusándose de mil maneras. Sabe que la historia acabará con un tipo tirado en la acera, tomando su batido de alcohol metílico, cáscara de naranja y un chorrito de lejía.
El triste petit prince será exprimido hasta sacar la última gota de diversión. Su château será destruido por la irreverencia de Vero y sus ganas de matar el tiempo.
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