Lobo ¿Qué estás haciendo?

Fiero y malvado lobo ¿Qué estás haciendo? 

Andaba por el bosque esperando a su víctima. La elección no era fácil, debe ser ingenua, noble, crédula y con un corazón enorme. La luna destellaba y entre las sombras, una niña aparecía con su mochila roja y resaltadores vibrantes que iluminaban la senda. El tiempo se acortaba y ella debía llegar a casa para estudiar, por eso tomó el desvió, con miedo a la oscuridad, pero su temor a desaprobar el curso era más.

Entre helechos y bromelias, tropezó con el lobo, su corazón se encogió, soltó sus cosas y corrió. Un par de metros después, recordó que sin cuadernos no podría estudiar, así que tomó valor para regresar. Él seguía ahí echado, insuflando el pecho. No había sangre, solo lágrimas y un sonido sollozante. La escena despertó curiosidad en la niña, era la primera vez que tenía frente a ella a un lobo caído, débil y nada feroz.

Se acercó despacio y con celo lo acarició, el lobo despertó de su inconsciente y le agradeció:
- ¿Estás bien?
- No
- ¿Qué pasó? ¿Estás herido?
- Sí y estoy solo, ayúdame por favor

La niña vio que el lobo tenía una cadena en el cuello con un número y dirección, sin que él se de cuenta decidió llamar, su dueña contestó y le agradeció por haberlo encontrado, de repente el lobo se da cuenta y entre señas suplica a la niña que no diga dónde está, ella acepta mentir y le dice a la dueña que el lobo se escapó.

- ¿Por qué me dijiste que estabas solo si tenías dueña?
- Lo siento, es que pensé que ya no lo era porque me dejó
- No te dejó, tú te portaste mal ¿Por qué me mientes?
- Lo siento, solo me siento mal y no tengo a dónde ir
- Ve a tu hogar, yo debo irme también
- No por favor, no me dejes acá

En un acto de bondad, la niña le dio hospedaje y entre sus brazos, el lobo empezó a llorar, ella lo abrazó muy fuerte, le dijo que jamás estará solo, que podía contar con ella como amiga, que puede visitarla cuando quiera y contarle sus problemas: "Eres el lobo feroz, ya no llores". Ambos pensaron en una estrategia para que el lobo pida disculpas a su dueña y pueda volver con ella. Mientras tanto, la niña le dio un cobertor, lo abrigó y poco a poco se durmió.

Ella sacó sus cuadernos y se puso a estudiar, pasaron horas y el lobo despertó, la miró, la llamó y entrelazados se quedaron dormidos, sin querer despertar, jamás.

- Eres mi caperucita _ le dio un beso
- No te comerás a mi abuelita ¿No? _ rieron
- Claro que no
- Tampoco me harás daño ¿Verdad?
- Claro que no, empecemos desde cero, olvida que me encontraste en el bosque
- Tendría que olvidar más que eso, siento que no es la primera vez que te encuentro entre los helechos
- Entonces olvidemos todo
- Tengo miedo
- No te voy a mentir
- Te creeré, solo una vez más

El lobo tuvo que partir prometiendo volver al día siguiente, la niña lo esperó pero el lobo no regresó y junto a él, se llevó las manzanas del huerto y su corazón. Ella aprendió que los lobos feroces no cambian, solo esperan su próxima víctima, que pueden fingir llorar y prometer el paraíso, al mismo tiempo que sacan una navaja y te acuchillan con mentiras sin parar.

Fiero y malvado lobo ¿Eres feliz así? 

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