Sin rastros
La curiosidad mató al gato. Hay historias que no se deben leer. Fue mala idea coger su diario y violar cada palabra escrita de madrugada. Ella no es dueña de lo que dice ni de lo que planea hacer, su condición no le permite ser libre en la vida real, pero al menos tiene un papel donde puede inventar un viaje a la luna o una caminata entre olas y faroles.
Vero no cree en las casualidades. No cree que petit prince apareció porque su cohete se estrelló en la ciudad. Solo sabe que su llegada la ayudó a sobrevivir pero ahora todo está bien, su cohete se arregló y él sigue ahí. No pensará quedarse en Tierra para siempre o sí. Tiene que irse, Vero se está acostumbrando y él se está enamorando de la persona equivocada.
Se pronostica un próximo desastre. Armen sus mochilas a lado de la puerta porque en caso de emergencia, deben salir a toda prisa sin mirar atrás, cada uno por su camino, sin rastros que dejar, quizás se vuelvan a encontrar de 'casualidad'.
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