Amanda


Un viento suave que te soba la cara y me doy cuenta que eres tú pero en otra habitación. Tira la sábana, mírame a los ojos y sal deprisa. Te equivocaste de número, el 104 estaba prohibido. Coge tu reloj, aún no es tarde, olvídate de ella. Corre, corre aún puedo esperarte. Ya pasaron 2 años y sigo aquí pero el tiempo se cansa, de repente un pedacito de cielo cae y me dice que debo partir.

Llora por mi, llora porque te esperé y acepté tu error. Llora porque un minuto antes de que salgas de esa habitación, tú salías de mi corazón. Ya puedes descansar, no sigas corriendo. Puedes tomarte todo el tiempo. Si algo bueno queda es la luna que aún brilla. Allí está y se llama Amanda. Te dejo mi último sobre, ojalá lo leas antes que el viento lo desaparezca.

Sabes el camino de regreso, yo no estaré pero ella sí y sé que quieres verla. Es lo único que nos queda. La primavera nunca llegó para nosotros, sin embargo nos sumergió en su naturaleza vehemente un día de luna, un día de Amanda, un día que veré reflejado en ella, el resto de mi vida.

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