Veladura naranja
Organiza una pijamada, le dije
Solo ven y ya, no es necesario hacer eso
¡No! es que quiero mostrarte mi pijama
Ya está bien, le tomas foto y mañana vienes
No es lo mismo salir de tarde que salir de noche, no es lo mismo verse con ropa que verse sin ropa, no es lo mismo ir de visita que organizar una pijamada.
De repente no tiene pijama bonito, le compraré uno de Mickey Mouse. Prepararemos chocolate caliente, quemaremos canchita en microondas y veremos el orfanato hasta quedarnos dormidos en los primeros 15 minutos.
Se levantará asustado, aún no asimila que estoy a su lado. Me dirá ¡Amor! es tarde, tengo que llevarte a casa y le responderé "No fastidies, abrázame y duerme". Él traerá un vaso con agua y jugará Clash of Clans. Yo prenderé la tele, buscaré una película que esté a punto de terminar, luego le quitaré el celular, se molestará y de venganza apagará el televisor.
La cólera nos despierta por completo y a cosquillas lo mataré. Aclamará clemencia pero no se la daré. Intentará derrumbarme, me sujetará las muñecas y quedará encima mio. Su última jugada para derrotarme será besarme sin piedad. Pierdo el conocimiento, levito y me sumerjo en un sin mar de deseos.
Capas caen, capas sobran. Desmenuzamos el tiempo. Veo mi pijama a lo lejos. Creeré que es verano y pondré hielo a mi vaso. Él seguirá soñando, quizás conmigo o quizas se haga el dormido. El azul ahora es naranja, somos parte de una veladura que chorrea. Entonces aparece ella, con su traje rosado, tan largo, tan ceñido. Es muy blanca, creo haberla visto. Dudaré un segundo. Él me mirará y será suficiente. Es ella, siempre fue ella.
Pienso en ti, donde estás y si vuelves alguna vez, nos reiremos de este mal sueño con una taza de café. Suena su celular y la pijamada recién va a comenzar.
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