Soy un feto

Quién era, nadie, ¿me dirás que te tienes que ir?, no y ya deja de preguntar no es nada importante solo llamaron para confirmar una entrega, entrega de qué... lo siento no debo preguntar, no te pongas así, te quiero, yo también, nunca me dejarás ¿cierto?, nunca mi amor. 



Dejó el celular en su cómoda para abrazarme, pero tenía 6 llamadas perdidas de mi madre. Tuve que desatarme de sus brazos con mucho dolor y pisar su esponjosa alfombra. Recogí lo necesario, me robé su chalina y ya estaba lista. Él seguía echado mirándome, al comienzo era incómodo y me escondía en su armario pero logré acostumbrarme a estar bajo sus ojos fisgones.

Contemplarlo tan tranquilo y sin preocupaciones es hermoso. Suele estar agobiado de actividades y ojeroso. En ese instante me doy cuenta que lo quiero. Se anima a levantarse, un poco aturdido logra encontrar su polera. Los últimos minutos intentamos extenderlos, sabemos que ya no nos veremos hasta quien sabe cuando. Finge no ver su zapatilla que esta bajo la cama, yo finjo no darme cuenta, pero llega lo inevitable. Chau, de repente la próxima semana nos vemos.

Llego a mi casa y no paro de pensar en él. ¿Cuándo me enamoré? Me tapo con todas las sábanas y colchas que tengo. Soy un feto dormitado. Quiero un coctel de cacao y decirle adiós al mundo. Es imposible, mucho frío, mucha soledad. ¿Sentirá lo mismo que yo? De repente ni se acuerda que hace unos minutos estuvimos dando vueltas en su manta de cebra.

Sé que llamará, nos volveremos a ver. Escucho sus mensajes en Zello una y otra vez. "Te quiero mucho... te quier... te qu..." Supongo que mañana estaré mejor.


Comentarios

Entradas populares