Sonido de emergencia
Tan recta y larga, empiezo a amarla. Hola Vero, sabías que bla bla bla... Volteo, respondo con monosílabos y regreso a mi punto blanco. Esa es mi técnica y funciona. Al primer intento de mostrar una sonrisa o algún tipo de complicidad, mi alarma se activa y las compuertas se cierran. Voy directo al baño, salida de emergencia.
Timbre de recreo, todos salen corriendo. Reviso mi celular, sigue sin señal, me pongo a dibujar. Los 15 minutos se convierten eternos, miro de reojo si ya se fue pero no, sigue sentado y se está aproximando. Punto blanco, punto blanco, punto blanco.
¿Qué haces?, me preguntó. Nada. Supongo que ahora tienes más tiempo. Sí, un poco. Estás de ociosa, seguro.No. Bien Vero, tú puedes, un par de respuestas cortantes más y se irá. Hay una exposición de José Aguilar, termina esta semana. ¿Dónde es?, sentí interés. En el Peruano Japonés, en su centro cultural. ¿Tú ya fuiste, qué tal es? Pensaba ir uno de estos días, si quieres vamos. Ya genial.
El profesor entró, la bulla regresó. Qué hice, acepté una invitación. No tiene nada de malo, ya todo está superado, es solo una exposición de arte, voy a nutrirme de colores, su compañía será lo de menos. Mis justificaciones son limitadas, estoy en problemas. Debí decir no, no quiero ir contigo, no quiero que me hables, no quiero que te acerques, eres un peligro para mi tranquilidad. Yo ya logré mi estabilidad, estoy bien y feliz.
Por el contrario, dije "Ya, genial". No logro entender porqué soy tan torpe al hablar. Ahora, solo debo controlar mis viajes al pasado, es algo natural, así que no me debo alarmar.
Timbre de recreo, todos salen corriendo. Reviso mi celular, sigue sin señal, me pongo a dibujar. Los 15 minutos se convierten eternos, miro de reojo si ya se fue pero no, sigue sentado y se está aproximando. Punto blanco, punto blanco, punto blanco.
¿Qué haces?, me preguntó. Nada. Supongo que ahora tienes más tiempo. Sí, un poco. Estás de ociosa, seguro.No. Bien Vero, tú puedes, un par de respuestas cortantes más y se irá. Hay una exposición de José Aguilar, termina esta semana. ¿Dónde es?, sentí interés. En el Peruano Japonés, en su centro cultural. ¿Tú ya fuiste, qué tal es? Pensaba ir uno de estos días, si quieres vamos. Ya genial.
El profesor entró, la bulla regresó. Qué hice, acepté una invitación. No tiene nada de malo, ya todo está superado, es solo una exposición de arte, voy a nutrirme de colores, su compañía será lo de menos. Mis justificaciones son limitadas, estoy en problemas. Debí decir no, no quiero ir contigo, no quiero que me hables, no quiero que te acerques, eres un peligro para mi tranquilidad. Yo ya logré mi estabilidad, estoy bien y feliz.
Por el contrario, dije "Ya, genial". No logro entender porqué soy tan torpe al hablar. Ahora, solo debo controlar mis viajes al pasado, es algo natural, así que no me debo alarmar.
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