¿Qué quiero ser de grande?

Nos conocimos nueve meses y de casualidad. Un 7 de enero de 1994 decidimos comprometernos. El comienzo de nuestra relación fue complicada, yo solo gritaba y ella me descifraba. Le gusta celebrar las fechas importantes a pesar de mi total desacuerdo. Tuvimos serios problemas. Nuestros conceptos de "orden y limpieza" son opuestos pero como toda convivencia intentamos adaptarnos. Los papeles cambiaron un poco, ahora ella grita y yo intento descifrarla.


Los primeros años casi no la veía. Venía muy tarde del trabajo y yo dormía. Ella con cuidado entraba al cuarto para desearme las buenas noches con un besito en la frente. Según un análisis que me hicieron, yo la odiaba, así decía la hojita esa. Cómo una niña de 4 años puede odiar a su madre, solo esas cosas las inventan los psicólogos. No me meto con sus estudios. Solo puedo decir en mi defensa que siempre preguntaba por ella, hacía el esfuerzo de quedarme despierta para verla ¿A qué hora llegará mi mamá? Aún no lo sé pero mejor ya duerme, mañana temprano la verás, decía mi abuelita.

Esa mañana llegó después de unos años. Yo la entiendo. La situación no era fácil. Pero poco a poco recuperamos el tiempo. Seguimos peleando pero es parte de nuestro código. Tenemos más cosas en común,  a ella le gusta el chocolate y a mi también. Ella siempre me gana en ocho locos y yo siempre pierdo. Nos gusta la música de los 80's y a veces renegamos de la nada. Creo que lo último lo heredé.

Las malas lenguas dicen que nos parecemos "Igualitas son", hasta tuvimos que comer cuy negro porque una señora de Cuzco nos dijo que la más buena moriría primero y mi madre se preocupó, tenía miedo de que me quede sin su presencia. En ese tiempo nos tuvimos que distanciar. Ella viajó a Quillabamba para trabajar. Yo me puse rebelde, así dice. No recuerdo esa parte. La extrañé aunque nunca se lo mencioné. El día que se fue ni me quise despedir. Pasó por mi colegio a buscarme y no quise salir a verla. Construí mi caparazón para evitar nostalgias, dramas y esas cosas que te hacen sufrir.    

Las madres siempre tienen la razón. Nunca estuve tan convencida de esa frase hasta que un día me dijo "lleva casaca porque tendrás frío" lo cual consideré imposible, era verano y lo normal era sudar. Salí y a las horas me estaba congelando. Reconozco que me daban cólera sus predicciones pero aprendí a escucharla y a obedecer. No del todo. Le doy la oportunidad de decirme "Yo te dije, eso te pasa por no hacerme caso".

Admiro su capacidad de comprensión. Tiene un corazón gigantesco. Lo normal es que una madre quiera a sus hijos. Ella me ama, soy la única, soy su engreída. Pero también quiere mucho a mi hermano. Mis padres se divorciaron pero ella creó un nuevo sistema, mi familia no tiene etiquetas. No sé qué somos. Pero todos nos queremos. Creo que eso es suficiente. Si está bien o mal que salgamos los domingos a pasear mi padre, mi hermano, ella y yo; las parejas de ellos lo dirán. Entiendo que puedan ponerse celosos pero así son las cosas y cambiar lo que llevó años construir, es imposible.

Nos costó mucho. Asimilar tantos cambios, desde su divorcio por orgullo hasta el nacimiento de los hijos de mi padre. Fue difícil para ambas pero lo superamos juntas y si no fuera por ella, quizás seríamos la típica familia de padres divorciados, distanciados y con papeles de juicio de por medio.

Te amo mami y a veces me das cólera porque tus respuestas ante mis problemas son muy prácticos hasta insensibles o lo tomas todo a la broma pero ahora me doy cuenta que quizás lo haces para no hacer mi vida una tragedia, que todo tiene solución y es mejor divertirse que llorar, porque así no solucionaré nada ¿verdad? Ves que sí aprendo.

¿Qué quiero ser de grande? 
Quiero ser como tú y vivir en el campo. Es todo.

 





Comentarios

  1. las madres son distintas pero siempre tienen algo en común es que son únicas!!

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