Osito de Taiwán
Es su control, le da dirección, no deja que se pierda y la cuida ante tormentas, perdona sus torpezas y alivia sus penas. Quizás no está presente en materia pero siempre hay una forma de que aparezca. Es complicado eso del tiempo y las distancias. Vero es comprensiva, la más tolerante. Los meses pasaron y la situación no le iba gustando.
- ¿Podrás el viernes?
- No
- ¿El sábado?
- No
- ¿El lunes?
- No
- ¿Cuándo podemos vernos?
- No lo sé Vero, tengo muchas cosas que hacer.
- Está bien, no hay problema, me avisas entonces.
- No
- ¿El sábado?
- No
- ¿El lunes?
- No
- ¿Cuándo podemos vernos?
- No lo sé Vero, tengo muchas cosas que hacer.
- Está bien, no hay problema, me avisas entonces.
Escuchar las mismas respuestas agota.
- Vero, si no me entiendes entonces no me quieres lo suficiente
- Te entiendo pero igual me siento mal cuando no te veo
Continuaron así. Estiraron el tiempo, no sé si a la fuerza, pero lo hicieron hasta que el elástico se rompió. Vero decidió alejarse y él no optó por retenerla. Cosas feas pasaron. "Amores" llegaron. Olía a despecho. Después de 8 meses ella ya lo había superado, hasta que llegó ese mensaje que te destruye y te confunde.
Rodrigo regresó de forma inoportuna. No era justo. Pero ahí estaba. Parado mirándola. Pidiéndole otra oportunidad y prometiendo no dejarla ir jamás ¿Qué haces cuando la persona que amas regresa? Es simple, corres y la abrazas.
Alguien le dijo que intentar no es malo, que si te equivocas y no funciona pues el mundo no se acaba. Otro le dijo que no sea tonta, no tendría tiempo y volverían a lo mismo. Para la pregunta más simple siempre hay controversia. Vero es complicada pero en esos 5 segundos no pensó en nada. Solo sintió que lo amaba.
De vez en cuando le da el mal del Osito de Taiwan. De repente ya no puede respirar, necesita un poco de libertad, que se aleje un poco de su lado y la deje en paz. Pero al ratito lo empieza a extrañar y le preocupa que lo pueda perder. Así es Vero y Rodrigo no la entiende pero ahí está, a su lado para quererla.
Ella llegó a pensar que él la había olvidado pero jamás podrá cambiar toda esa vida a su lado. Todos esos kilos aumentados y muchos besos entregados. Hay planes irreemplazables como tener a Donattelo y Almaty, aunque no le guste el nombre de los tortuninjas. Vivir en el campo sembrando y cuidando el ganado, pero él sustenta que es imposible, quizás estar los feriados y tener solo un árbol. Vero es muy soñadora. Rodrigo comparte sus sueños pero sin unicornios ni dragones.
Vero es torpe pero nada de lo que hace es intencional. Ella lo adora, cómo no hacerlo después de tantas cosas que vivieron. Se suelen ver los defectos y marcarlos con resaltador. Ahora, al menos eso cambió. No hay tiempo, es verdad. Sin embargo aún queda lo más importante. Amor. Con eso no basta, es cierto. Hay algo más. Chocolate y SevenUp.
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