Pruébame a ti

"Yo sé que tienes en la pancita, hambre de amor y cosas bonitas para curarte esa indigestión que te produce tanta confusión". Sonó de fondo mientras veía cómo preparaba el Zuck y Froot loops con yogurt.

Por qué si soy feliz tengo dudas. Dudas absurdas pero que me estrujan el corazón. No sé si es producto de la ansiedad pero veo ese final con sabor dramático. Ya estoy acostumbrada a esa sazón y no deseo más. Quiero lo que ahora tengo sin sobre pensar que pronto acabará. No quiero sentir que el tiempo corre y que la felicidad en menos de un mes se irá. No quiero fingir que lo vivido nunca sucedió. Quiero sentir bonito y ya. 

Es simple. Es jugar. Intentar soltarme mientras me hace una llave de muay thai. Siempre gano porque las cosquillas son más efectivas.

Es simple. Es bailar. Ayudarme a llevar un balón de gas, de noche y sin luna llena. Caminar entre las ovejas al ritmo de Dembow y Reggaeton. 

Es simple. Es pelear. Amenazar con irse de mi pueblito por no tener agua potable. Lo entendí. También tuve mi crisis esquizofrénica cuando llegué. Ahora ya se acostumbró a usar el jarrito para bañarse en la intemperie. 

Es simple. Es cocinar. Decidir un día antes qué comer viendo El Gran Chef. Pensar en algo que no lo estriña y que no me dé diarrea. Igual cargamos con el ciruelax y bismutol en el bolsillo. 

Es jugar, bailar, cocinar, pelear, cantar y creer que hay luz en las tinieblas. Tantos verbos que no pensé vivir. No con él. Sucedió y se siente bonito. No tenemos claro lo que queremos pero sí que nos queremos, sin importar más. 

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