La quiero, ya

Una noche la vi pasar, no se veía mal, disfrutaba cada paso que daba, sin pereza al caminar, disparaba una felicidad inusual. Parecía que tenía una dirección, no se detenía, estaba segura a donde iba.
Devuélveme a mi chica,
A esa que presumía de hacer lo que quería.
Ya ves, tú nunca la has querido tal como es
y no hace falta que te diga que muero por tenerla otra vez.
Aquí está su osito de peluche que la protegerá.
Dale su libertad.
Comentarios
Publicar un comentario