En el dos mil y más

Ahora resulta gracioso.
Retrocedí un par de años y quise cambiar un par de cosas. Eliminar un par de acciones, omitir un par de palabras, conservar una amistad. Cómo sería si fuera de mi orgullo adolescente le hubiera dicho "estoy molesta pero no te juzgaré, ya me pasará" quizás seríamos las buenas amigas de siempre o quizás no nos hablaríamos como sucede con las demás. 

Lo cierto es que no guardaríamos esa sensación que nos limita a decirnos un hola qué tal ocasional, un cuándo nos vemos, un qué estás haciendo... 
Nuestros errores nos alejaron, digo nuestros porque pude resolverlo de otra forma, sin necesidad de sacrificar una amistad. Siempre te recuerdo de la mejor manera, mi mente veló el final de esa historia. Sigues siendo mi amiga, aunque mi carta de tu quinceañero ya no esté en la pared. 

Comentarios

Entradas populares