Gustitos, gustos son.

No es fácil asimilar la idea de que ese chico nunca te hará caso; de que eres un ser invisible ante sus ojos y siempre lo serás. No es fácil, pero uno intenta aceptarlo. 
Al menos se tiene la esperanza de que los gustos, gustos son y con el tiempo se van. Eso espero. 

Yo no soy valiente para confesarme. Jamás lo haría. Jamás lo haré. Admiro a las que si pueden y con total confianza dicen lo que sienten. Esta no es mi suerte. 


El día más feliz de mi vida será cuando esté tranquila, sin ese chico perturbador que me obsesiona cada día. Guardaré este secreto en mi cajón de los exiliados. 
Hay algo que temo. Y si.. no no creo. Y si... algún día me ve. Chocamos miradas. Y si... algún día nos hablamos. Pues moriría de un infarto. No, nunca tanto. 

Moriría si me entero que soy correspondida. Actuaría como siempre. Correría rápido muy rápido, me escondería y lo olvidaría. Es que tengo miedo, mucho miedo. Es contradictorio, pero temo ser rechazada y también aceptada. 

Mejor que todo siga igual, tú ahí, muy lejos de mi. Yo regresaré a mi vida. Haré lo que mejor sé: Mantenerme ocupada y no tener tiempo para nada.
 Te lo prometo.