El desenlace


No te pedí amistad. Pedí tranquilidad, esa que no siento hace varios años. Esa que ahora intento recuperar, quizás de una manera que te incomoda pero a mí me funciona y por eso no me voy a disculpar. Nuestra historia acabó el día que me expusiste al dolor. Lo que pasó después solo lo sabemos los dos. Fue un acuerdo honesto que con el tiempo dejó de funcionar pero decidimos callar. No fue tu culpa, tampoco la mía. El egoísmo nos llevó a otros caminos. 

Por qué nunca viniste si estabas cerca, no por un abrazo sino para un final apropiado. Algo que nunca ocurrió en su momento y ahora tampoco pasará. Te duele y a mí también. Duele perder la amistad. Duele saber que no se va a recuperar. Lo entiendo. 

Solo dejaré que tú decidas si me puedes juzgar, porque solo tú sabes las circunstancias que me rodean. No estoy cometiendo un error. Estoy viviendo, estoy siendo feliz. De la misma manera que tú la buscaste y me enteré de forma inesperada. 

Ninguno sabe cuánto tiempo durará nuestra felicidad. Quizás es un chispazo del momento, quizás es una ilusión de unos meses, quizás es el amor de tu vida. Lo que tenga que ser estará bien. Yo lo voy a respetar con mi distancia. Tú respétalo con el silencio. 

Somos buenos para llegar a acuerdos. Esta no será la excepción. 
Prepárate un apperol, creo que es el motivo ideal que nunca encontramos. 
Es nuestro desenlace y tenía que estar escrito.  


Comentarios

Entradas populares