Basta, entiende
Me cuesta entender el humor del destino, podría llorar pero es tan desconcertante que solo me provoca reír. Rogué a las energías del universo que por favor retiren ese nódulo extra de mi corazón, solo me provoca arritmias y a veces dolor. Rogué a mis ángeles y arcángeles que me den paz, que lo alejen de mi vida, su egoísmo solo me provoca aversión. Rogué a Dios que me ayude a respirar, a caminar, a sanar, a encontrar ese amor bonito por casualidad. Creí que mis plegarias hechas grito se harían escuchar pero algo sucedió en su trayecto porque al parecer mis demandas no fueron atendidas.
Era las 2 de la madrugada y aún no terminaba mi tarea de epidemiología, bajé a la cocina para preparar naranjada y lavar unas tazas que quedaban, mi mamá siempre dice que ordenar y limpiar despejan la mente. Es cierto. A mi me funciona. Demoré 30 minutos en ese proceso, no sé porqué si solo habían 3 tazas pero al menos ya me sentía renovada para terminar unas preguntas que faltaban.
Alisté mi mochila y uniforme, cartuchera y resaltadores, medias con su par y mis pañuelos con aroma a manzana. Lista para dormir. Conecté mi celular al cargador y lo dejé en la mesita de noche. Dormí. Soñé con él. Desperté asustada ¿Premonición? ¿Estará enfermo? Después de todas sus llamadas perdidas en mi filtro de acoso, quizás ahora sí necesitaba mi ayuda, quizás se sentía triste y deseaba hablar con alguien, conmigo.
Producto de mi estrés académico olvidé mi celular, se quedó en mi cuarto. Esperaba llegar a casa y llamarlo pero mi madre se adelantó, no lo llamó precisamente, lo vio. "Hija, una pregunta ¿Él te sigue llamando?_ Sí, a veces pero lo tengo bloqueado, solo llegan notificaciones_ Pues, avísame si lo vuelve hacer para decirle que te deje en paz, tiene novia para qué te sigue escribiendo, qué le importa cómo estás..."
Y tiene razón, debería dejarme ir así como yo lo dejé, ya basta de juegos infantiles, no tenemos 18 años para andar con una chica, salir con otra e ir mintiendo a todos por el camino, al menos yo ya me cansé de eso. Cometió un error, lo perdoné, lo cual no significa que quiera tenerlo en mi vida, no puedo confiar en alguien que miente como respira.
Esas señales que llegaron como destellos me hicieron sentir tonta por preocuparme por él, muy tonta la verdad. Prometí no hacer caso a mis sueños nunca más. Volteé página y descubrí una forma para que no me lleguen las notificaciones de bloqueados, volvió la tranquilidad. Fueron días magníficos, sin problemas, mi vida era normal hasta que una vez más, ese sueño se infiltró para generar disturbios. Me concentré en estudiar la fisiología del embarazo para ignorar mi inconsciente. No funcionó.
Algo me perturbaba y decidí enfrentar mi conflicto mental, lo cual no era justo porque estaba bien hasta antes de esa noche, llegué a entender que existe gente que es capaz de cambiar el sol de la mañana por la llama de un fuego cualquiera, es lo que merecen, es lo que quieren y es lo que tienen. Lo entendí. Aún así estaba intranquila, tuve que revisar en mi celular las últimas notificaciones bloqueadas y esto encontré:
-Soy un idiota sabes, el más idiota de todos, quisiera hablar contigo antes de irme, espero poder hacerlo. El domingo viajaré por un año...
Hace unos meses le hubiera creído, ahora solo me causa asco, me siento ofendida ¿Tan estúpida cree que soy? Lo último que quisiera es hablarle y lo mejor que me puede pasar (además de cambiar el número de mi celular) es que se vaya de una vez. Repito, ya basta. Si algún día tendríamos que vernos espero que sea un 30 de febrero. Así de claro lo tengo.
Basta, entiende.