Cotorrea

El mayor problema no es él, son los que le creen. Los que necesitan de rumores para subsistir en su soporífera vida, que de hecho, no buscan saber la verdad, porque la verdad siempre resulta aburrida, sin gracia, sin morbo.
Cotorrean, le dan vigor a una historia que está muy lejos de ser literatura. No hay que culpar a los que caen en la confusión, es comprensible, los cotorros poseen esa gran habilidad para convertir una falsedad en realidad.
Solo presta atención, usa tus áreas somato-sensitivas por favor, que de pura gracia no están. No creas en quien se pavonea de sus proezas amorosas, solo dale una palmadita en la espalda y reza por esa alma desorientada.
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