Sueños que tuvimos

Irse lejos para comprender el porqué y olvidarse de él

Un viaje largo, cansado y complicado pero en esos 7 días se dio cuenta que su vida había cambiado, digamos que Vero es medio lenta en captar la realidad, necesita de un par de sacudidas para ver lo que perdió en el camino y lo que está a punto de ganar, a menos que cometa alguna estupidez (como suele pasar)

Rodrigo definitivamente ya quedó en su línea de tiempo, a veces vuelven ligeros recuerdos de los planes que tenían juntos: convivir en una hacienda enorme, su primer hijo se llamaría Matías, vivir en el campo, ver el amanecer después de una noche de amor, ser felices para siempre. Todo quedó congelado en el tiempo, el mismo que se encargó de destruir la poca fuerza que le quedaba a Vero, entregó todo, aprendió a ser paciente, estuvo meses sin saber de él pero confiaba que pronto se verían y las cosas cambiarían, así pasaron los días y todo andaba igual, la esperanza de ser felices poco a poco se iba y junto a ella el cariño que tanto se tenían.

Pues como ya se sabe, ella tomó la decisión, a decir verdad jamás me imaginé que lo haría es muy cobarde para esas cosas, sin embargo su dolor e impotencia de ver que todo se acababa lentamente y sentir que Rodrigo sólo se preocupaba por él, fueron su motivo para dar pie al triste colorín colorado, este cuento se ha acabado. Aún no lo asimila en su totalidad pero pronto la tormenta acabará y el cielo volverá a su estado natural.

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